La gente cree que esto es fácil. Quizá porque eso les he hecho creer. ¿Qué caso tiene mostrar ese lado débil, roto, lastimado? Lo mejor es seguir adelante y tratar de olvidar, ¿no? De eso se trata. Total, la vida sigue.
Pero no puedo hacerlo. No puedo cuando tu te resistes a dejarme seguir... a dejarme ir. No voy a flaquear, lo sé, no voy a caer, pero es duro cuando sigues jalando de mi con tanta fuerza. Y es que todavía me dueles. Y lo peor es que no se cuando dejarás de hacerlo.

Patético.

Estoy cansada. ¿No podrías simplemente soltarme y ya?
Por favor. Lo necesito. Si, te extraño, no lo niego. Pero odio esto. Tanto como a veces te odio a ti. Porque nada de esto es justo, porque siento impotencia de extrañar lo que no fue, lo que pudo ser y que simplemente no se dió. Lo que no nos dimos oportunidad de vivir. Todo eso que me quitaste de las manos y que ahora me quieres regresar... (pero ¿cómo? dime tu. Cómo, si ya es tarde. Lo sé y lo sabes.)
Nuestro plan no funcionó, esa es la verdad. Es por eso que ya mejor necesitamos soltarnos, liberarnos.

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Finalmente liberarnos.