Cuando no tienes la costumbre de llorar y lo haces de repente, te ataca un dolor de cabeza de esos que no se van... y te cansas... y te da sueño. Por eso no me gusta hacerlo. Dije que no lo haria. Ya no voy a hacerlo.
Creo que esto me afectó más de lo que esperaba. ¿Porqué? No sé. Quizá porque estas cosas no suelen ocurrir... quizá en la tele, lejos de tu realidad. Y creo tambien que no solo me afectó a mí. En realidad, fue algo para decirle a todos "Hey, despierten, agarren el rollo, hay cosas mucho mas importantes".
Sí. Hoy fue un mal día. Lleno de coraje... tristeza.... incredulidad. Pero aun dentro de todo lo malo hubo espacio para el apoyo y la reflexión.
Hay cosas que se supone no deberían ocurrir. Al menos no de la manera en que suceden. Pero pues... por algo pasan. Ya sea para recordarnos lo vulnerables que somos o para hacernos valorar lo que tenemos... o bien, para recordarnos que cada minuto es importante.
Los momentos de prueba, aunque difíciles, siempre son necesarios. Entender... Aceptar... Perdonar... Superar... nunca es fácil.
No, nunca es fácil. Pero este es el juego en el que todos somos fuertes y nadie se echa para atras... Porque si lo haces, pierdes.
A nadie le gusta perder. A mi no me gusta perder. Pero ya me duele la cabeza.
Ademas estoy cansada... y tengo sueño.