Ayer

Ayer volví a las clases de teatro. Me siento bien de haberlo hecho, aunque antes no estaba nada segura, ahora ya sé que realmente si quería volver. Por fín haré un papel que no sea un niño, un monstruo o una prosti. Hoy seré un hada. Un hada con alas de plata.
Aaaah pero estoy triste...y feliz a la vez. Triste porque ayer me enteré que no voy a poder ir al Simposium de Medios y Marketing en La Paz. Y feliz porque cubriré dos vacaciones que me las pagarán muy bien y porque mi jefe me dijo que esta muy contento conmigo y que me seguirán tomando cada vez más en cuenta. Ojalá y sea neta y no nomas me esté dando avión. ¡Qué desconfiada soy, maldición!
Estos días he soñado cosas muy raras. Ayer por ejemplo, soñé que vivía en una ciudad muy grande, que estaba arriba de un barco. Y también que volaba en una especie de papalote a toda velocidad hacia arriba, pero a la hora de la bajada, a la madre, que feo sentí....la verdad senti culerísimo...a punto de estrellarme, típico, desperté.
Creo que últimamente tengo un trauma con la velocidad. Supongo que más que lo del cuello, ese fue el daño que me quedó del car crash. Lo pude notar ayer. Salimos a agarrar cura un rato unos amigos y yo, y cuando venía de regreso a mi casa, Fito (el que iba manejando) comenzó a subir la velocidad porque ya casi estábamos en carretera, y de repente empecé a sentir un miedo horrible, y que el corazón se me salía. Cabe aclarar que jamás me ha dado miedo andar rápido en un carro, lancha, o cualquier vehículo; pero ayer si me cagué. Igual hoy en la mañana cuando iba al trabajo, el baboso camionero yo creo que pensaba que traía vocho y andaba tan en madriza, que llegué media hora antes de la hora estimada. Claro que me bajé verde, morada, amarilla, de todos colores y con las piernas de gelatina. Pero no quiero estar así. Es bueno llegar rápido a los lugares, y que mejor que llegar tranquila y no estar pensando que "si a esta velocidad no frena, saldremos volando de tal manera que ahora si nos vamos a matar".

Creo que ocupo un Locólogo.